Argentina bajo ajuste: gasto público cae 31% y derechos se reducen

A casi dos años de gestión, el gobierno nacional consolidó un ajuste histórico. Según el Centro de Economía Política Argentina (CEPA), el gasto público total cayó un 31% en términos reales desde 2023, afectando prácticamente todas las áreas del Estado. Salud, educación, ciencia, desarrollo productivo y obra pública fueron los sectores más golpeados, mientras que los fondos destinados a la deuda y a la Secretaría de Inteligencia crecieron.

Salud y educación, las grandes víctimas

Programas clave de educación, como Conectar Igualdad o el Fondo Nacional de Incentivo Docente, muestran ejecución cero. La formación docente se redujo un 79% y la inversión en jardines de infantes cayó un 89%. La Secretaría de Educación, bajo el nuevo Ministerio de Capital Humano, recortó su presupuesto un 49%.

En ciencia y tecnología, el CONICET perdió un 30% de su presupuesto, y los programas de promoción de la investigación retrocedieron más del 80%. El mensaje es claro: la innovación y el conocimiento dejaron de ser prioridades de Estado.

En salud, hospitales nacionales e institutos de referencia sufrieron caídas de entre el 30% y el 70%. Programas de prevención y atención territorial quedaron paralizados. La única excepción es Acceso a Medicamentos y Tecnología Médica, que creció un 24%, aunque sobre un presupuesto menor.

Obra pública y producción en virtual paralización

La Dirección Nacional de Vialidad ejecutó un 73% menos que en 2023, y programas de rutas, túneles y puentes desaparecieron con recortes superiores al 98%. La Secretaría de Industria y Desarrollo Productivo cayó un 78%, mientras que el INTI y el INTA retrocedieron 45% y 38%, respectivamente. La inversión productiva y en infraestructura está prácticamente paralizada.

Reforma laboral: más precariedad para los trabajadores

Mientras tanto, el gobierno avanza con una reforma laboral que, aunque se presenta como “modernizadora”, limita derechos y reduce la estabilidad laboral. Los trabajadores ven cómo desaparecen certezas sobre indemnizaciones, período de prueba y posibilidad de reclamo judicial. Cada flexibilización laboral aumenta la desigualdad y debilita a quien menos fuerza tiene.

Dólares del norte, decisiones que pagan los argentinos

El swap de 20 mil millones de dólares con EE. UU. se celebra como estabilizador, pero lo que realmente intercambia el país son decisiones estratégicas. Cada ayuda internacional llega a costa de los argentinos que menos tienen, mientras el déficit cero se convierte en una ilusión que no alimenta a nadie.

En este contexto, los trabajadores negocian su supervivencia, no su salario. El dinero entra por arriba y se evapora antes de tocar el suelo: la primera semana del mes se destina a pagar deudas, y las siguientes tres semanas se pasa endeudándose de nuevo. La sensación general es que se trabaja más para vivir menos.

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