El básquet argentino enfrenta un fenómeno creciente que amenaza la sustentabilidad de los clubes y ligas: la proliferación de juicios laborales iniciados por árbitros. Lo que antes era un conflicto aislado hoy se ha transformado en una industria del juicio, con montos millonarios en juego y un impacto directo sobre los recursos deportivos.
Según datos del sector, los reclamos judiciales superan los 1.500 millones de pesos, y solo los cuatro procesos más recientes acumulan 850 millones, cifras que muchas veces exceden los presupuestos anuales de las instituciones. Dirigentes y especialistas alertan que la escalada de litigios pone en riesgo la continuidad de la actividad.
El núcleo del conflicto: árbitros vs. clubes
El conflicto se centra en el marco legal que regula la relación entre árbitros y clubes. Según el CCT 543/2008 y el Código Civil y Comercial, los árbitros son prestadores independientes contratados para dirigir partidos a cambio de honorarios. Sin embargo, algunos buscan que esa relación se considere bajo la Ley de Contrato de Trabajo (LCT), alegando dependencia económica y continuidad en la prestación. Esto habilita reclamos por indemnizaciones, vacaciones y aguinaldo, disparando los montos de las demandas.
La falta de criterios judiciales uniformes genera un terreno fértil para litigios millonarios y prácticas cuestionables, como sobredimensionamiento de montos, testigos repetidos y prolongación de procesos, elevando intereses y costos.
Antecedentes en otros deportes
El golf argentino ya vivió un fenómeno similar con los caddies, cuyos juicios llevaron a algunos clubes a enfrentar más de 200 procesos simultáneos y pagar condenas millonarias. Otros deportes, como rugby, hockey y fútbol, también han registrado litigios que afectan la operatividad y la planificación de clubes, desviando recursos de la formación de jóvenes talentos y el desarrollo deportivo.
Impacto económico, institucional y social
Los juicios laborales generan consecuencias múltiples:
- Económicas: costos equivalentes a varios años de presupuesto.
- Deportivas: desvío de fondos destinados a planteles, infraestructura y divisiones formativas.
- Institucionales: inseguridad jurídica que ahuyenta sponsors y dificulta la planificación a largo plazo.
- Sociales: riesgo de discontinuidad de ligas y torneos, afectando a jugadores, entrenadores y comunidades.
Según la Unión de Aseguradoras de Riesgos del Trabajo (UART), la industria del juicio laboral en Argentina insume unos 2,1 billones de pesos al año, creciendo a un ritmo de $5.917 millones por día, lo que evidencia la magnitud del fenómeno.
La búsqueda de soluciones
Especialistas y dirigentes coinciden en tres ejes:
- Actualizar el CCT 543/2008 para eliminar ambigüedades sobre la relación laboral.
- Unificar criterios jurisprudenciales que refuercen la figura de locación de servicios y reduzcan la discrecionalidad judicial.
- Fortalecer la prevención en los clubes, con contratos claros y asesoramiento legal adecuado.
El desafío no se limita al básquet; es un problema transversal que afecta a todo el deporte argentino. La falta de regulación y consenso amenaza con transformar los juicios laborales en un factor que podría redefinir la práctica deportiva en el país.